¿Quién posee a Quién?
En una sociedad que se recuesta sobre valores tangibles, que identifica su deseo en términos económicos, que mide la practicidad de las empresas humanas por las cuentas de resultados, el consumo es un pilar fundamental. Hasta aquí nada nuevo. Que la publicidad es al consumo lo que el anzuelo y la caña -y demás aparejos- al pescador también es resabido. Sin embargo, uno parece que nunca acaba de aceptar la existencia de este entramado manipulador sin que le duela.
Mucho, cada vez...
Antes o después alguien lanza la caña publicitaria-campañas, las llaman- con algo nuevo. Y no es que uno vaya y pique en el anzuelo, sino que le cae la plomada encima de la cabeza y le cambia el humor. Es el caso, por ejemplo, de una campaña lanzada por una marca de coches en la que se puede escuchar a Cortazar –voz en off- leyendo su “Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj”. He visto este anuncio una sola vez –miento, otra más al “colgar” aquí el video- y me he sentido furibundo. No es por el hecho de que se haya utilizado, de forma narcotizante y manipuladota, un texto magnífico de un escritor del que soy devoto, no es por esa herejía que lo reprocho, sino porque con esto el publicista me ha llamado imbécil –así, sin la excusa de conocerme si quiera-. Tal y como yo interpreto el anuncio, el mensaje que me quiere transmitir es que consumiendo un coche concreto seré libre. Será, supongo, porque las excelencias del modelo de coche en cuestión, a diferencia del reloj de Cortazar, al que había que darle cuerda, controlar que no se fuera atrasar, etc., hacen que el poseedor de esta suprema mercancía con ruedas no deba preocuparse de su mantenimiento y será, por siempre, el verdadero amo, no sólo del coche, sino de su propia existencia...
2 comentarios:
Cuando vi el anuncio sólo me dieron ganas de llorar... bueno, perdón, cuando lo escuché, desde la cocina y quedándome de una sola pieza. Hay cosas que son sagradas. Y sí, parece que se ríen de ti, de mí, de todos los que tal vez pensemos las cosas de otra forma... No sé si se puede hacer algo al respecto (juro que entré en la página de la marca del coche con la firme intención de escribir una gran queja, pero no encontré una dirección de correo...). Habrá que aguantarse, así, sin más.
Gracias por visitarme, vendré por aquí.
Saludos desde la isla.
Personalmente creo que el anuncio iguala el reloj al coche. Nosotros somos los dados, los recibidos, los que quedaremos atados a un nuevo dueño que es el que exigirá que le den cuerda, que lo laven, que le vigilen para no ser robado... Observar la correlación entre el texto y los cuidados a un reloj debido... y las imágenes audiovisuales, que se igualan a los cuidados a un coche debido...
... creo que el mensaje puede leerse a la inversa. Que en el anuncio podemos entender que el ser humano es el dado... y que el que se queda atado a mil y una cosa materiales que le quitaran parte de su libertad, es el ser humano.
Así que la pregunta es la de siempre: ¿quién posee a quién en esta vorágine de tener para llegar a ser que vivimos actualmente?.
Me ha parecido un anuncio muy bueno.
Ana.
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