martes, julio 24, 2007

Los Intocables


Una vez más ha quedado al descubierto el estatus de “intoccabili” de los miembros –con perdón- de la “famiglia” borbónica, consortes y pegotes incluidos todos ellos por la gracia de dios, etc. He de andarme con cuidado, no sea que me secuestren a mí el blog –tendría gracia, pues así quizá alguien agarra y lo lee...-; pero creo que sin riesgo a que se me impute un delito de injurias a la corona, puedo decir abiertamente:

¡NO A ESTA MAFIA!*
y
¡VIVA LA REPÚBLICA!


* Entienda aquí el Juez Del Olmo que elijo cuidadosamente la acepción de “grupo organizado que trata de defender sus intereses” que se incluye en la actual 22ª edición del diccionario de la RAE.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Has visto la rectificación del jueves? http://www.eljueves.es/ No te pierdas la abeja zángano.....

y qué más da... dijo...

Gracias, Marsu, no la había visto... Permíteme que la cuelgue en esta misma entrada.

Anónimo dijo...

De todas formas, sobre este tema tengo mis dudas existenciales. Es decir, lo del "secuestro" está mal hecho, no tiene sentido en el siglo XXI y además es algo que se vuelve en contra del secuestrador; la portada de marras está en los blogs de todo el mundo, y se ha publicado en la prensa europea. Para ese tipo de represalias existen los tribunales; se denuncia al periódico y ya está.
Pero no tengo muy claro que no haya que poner límites en algún sitio. Estoy pensando en lo de dónde termina la libertad...y recordando que debe terminar donde empieza la de la otra persona. Perdona, estoy algo espesa y no me expreso bien. Supongo que es deber de las autoridades velar por el buen nombre de las instituciones (y la monarquía, nos guste o no, a día de hoy es una institución de nuestro país). Y creo que nuestra sagrada constitución dice:

- Artículo 18: Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal, familiar y a la propia imagen.

- Artículo 20, reconoce el derecho a la libertad de información y expresión. Estas libertades tienen sus límites, especialmente en lo que se refiere al derecho al honor, intimidad y de la propia imagen.

Y eso a nivel personal, pero si hablamos de instituciones (monarquía, ejército, poder judicial...), parece aun más grave.

Entonces...¿dónde está el límite? Y sobre todo, ¿quién tiene que poner y hacer que se respeten estos límites? Y...¿¿cómo se hace eso??

Aunque creo que El Jueves ha publicado cosas más soeces y más sangrantes y no ha pasado nada.

Vale, perdón por el desahogo...¡te ha tocado! ;-)

y qué más da... dijo...

Marsu,

Aprovecho que tú te has desahogado primero y ahora voy yo...;-P
Aunque ahora mismo casi nadie quiera decirlo por miedo a despertar a la antigua bestia –creo yo-, todos sabemos que el conflicto más que encontrarse en los límites legales de la libertad de expresión o en la frontera entre esta libertad y el derecho al honor, la dignidad, etc., se haya en el frente de la batalla entre la monarquía y la república. No es ningún secreto, asumámoslo. Así que ¿Para qué enzarzarnos aquí en una discusión sobre aspectos legales? Yo, que no rindo cuentas ante nadie, puedo decirlo sin tapujos... Hasta que este conflicto no se resuelva definitivamente –a favor de la República, lo tengo claro- cualquiera de las medidas “excepcionales” que se puedan tomar en defensa de una monarquía caduca y de difícil justificación –sí, lo ampara la constitución, ya lo sé, conozco bien la vaselina que se usó entonces para colarnos la monarquía en el paquete constitucional- despierta la rabia contenida de quienes de algún modo estamos obligados a esperar, con más paciencia de la que nos gustaría, la muerte -natural, digna y con todos los honores que le rendirán, si no lo podemos impedir- del actual Jefe del Estado. Durante años hemos permanecido en lucha contra el amparo constitucional de la institución monarquía, sabiendo de la fuerza del “Juancarlismo” como estrategia de manipulación de masas. Si bien nuestra –mí- paciencia no se hallase agotada, desde luego que se agota definitivamente más allá de la figura del actual rey. Pero cuánto más nos cabreamos si en defensa de la monarquía se utilizan medios desproporcionados, antidemocráticos, implacables...
La revista El Jueves ha publicado portadas no menos soeces, pero que no han hecho saltar los resortes del poder judicial... por ejemplo:

http://www.eljueves.es/revista/revista.aspx?numero=1564
http://www.eljueves.es/revista/revista.aspx?numero=1512
http://www.eljueves.es/revista/revista.aspx?numero=1558
http://www.eljueves.es/revista/revista.aspx?numero=1546
http://www.eljueves.es/revista/revista.aspx?numero=1530
http://www.eljueves.es/revista/revista.aspx?numero=1525
http://www.eljueves.es/revista/revista.aspx?numero=1516


Un saludo,

David

Anónimo dijo...

La monarquía morirá, antes o después, es el ciclo de la vida...no tiene razón "lógica" de ser, ahora ya no. Pero se aferra con fuerza, aquí y en otros muchos sitios. Yo no sé si nosotros veremos su caída, o su "reconversión", como se dice ahora tanto. Pero tiene, si no los días, o los años, las décadas contadas.

Un saludo
María

Pero lo que sí es cierto es que la ley, tal y como está redactada, ampara al juez, que de oficio, secuestra o quita de la libre circulación una publicación que ofende a una institución del estado. Que se utilice este recurso legal sólo en un caso como éste, en el que está involucrada la monarquía, es bastante probable. Pero la ley está de su lado...tendremos que esperar a que el sistema cambie.

y qué más da... dijo...

Fe de erratas.
Lo que tiene de malo responder a los post mientras se está en el trabajo es que siempre hay alguien que te interrumpe, un teléfono que suena, etc., con lo que uno abandona y vuelve a retomar lo escrito unas cien veces, sin revisar a fondo lo dicho y confiando en la memoria de pez. Sirva esto como medida exculpatoria por cometer ciertas barbaridades sintácticas y alguna que otra ortográfica...
Así, por ejemplo, donde dije “haya en el frente” quise decir “halla en el frente”; y donde dije “de la institución monarquía” quise decir “de la institución monárquica”.
Pido disculpas por ello.

y qué más da... dijo...

Marsu,
Tienes toda la razón en lo que dices, no puedo negarlo. La ley ampara esta decisión y en este caso, primero el fiscal y después el juez, lo que han hecho es basarse en unas leyes existentes, aprobadas en el parlamento. Aquí podríamos reabrir un debate ya viejo sobre si los jueces deben tener la capacidad de interpretar la Ley o sólo deben aplicarla. Desde luego sería un ejemplo válido para ilustrar una y otra posición. Sin embargo, hoy día está superado este debate a favor de una amplia capacidad interpretativa, con todos los riesgos que ello conlleva. En este caso, estaba en la mano de Del Olmo no aplicar un exceso de “celo” en el seguimiento de unas normas, pues, se quiera evitar o no, las leyes –todas o casi todas- albergan ideas, conceptos ambiguos, que pueden llegar a justificar que se cometan estupideces varias si se siguen al pie de la letra, atendiendo a un sentido excesivamente literal del texto. Este podría haber sido el caso. Sin embargo, no admito ser ingenuo, y puedo observar cómo en demasiadas ocasiones esta práctica del seguimiento de la liberalidad de las normas no es una cuestión de “celo” ni de interpretación estrecha, sino la excusa pueril para inclinar la balanza de la justicia –con perdón- a favor de una causa. Del Olmo tenía la obligación de valorar si era o no oportuno tomar medidas contra El Jueves, y a sí lo hizo. Mal, a mi entender. Otros, fuera de la judicatura, consideramos que esta defensa desproporcionada de una institución tan... digamos peculiar y anacrónica, sólo sirve para causar malestar, generar conflicto en la aplicación de unos y otros derechos fundamentales, enfrentar a la prensa con el poder judicial, denotar una situación de desigualdad entre unos españoles de sangre roja y otros de sangre azul... –esta nota se sale del pentagrama democrático-. En definitiva, entiendo que aquí cabe pensar en dos supuestos: uno, que era precisamente esto lo que deseaba el juez; dos, que a pesar de estas consecuencias sentía la obligación de emplear sus armas para defender la monarquía por cuestión de afinidad. En cualquier caso, me parece tremendo. No es que espere precisamente mucho de los jueces, gremio del que reniego y cuya mezcla de poder y poca humanidad me hace desconfiar siempre, pero no dejo de asombrarme.
Luego hay casos, como el de ese juez de Murcia, Fernando Ferrín, que en lugar de aplicar o interpretar la ley, hace lo que le sale de las narices y quita la custodia a una madre por su ser homosexual. Entre las lindeces que ha dicho este esperpento en su auto hay cosas como:
“la condición homosexual perjudica a los hijos, que tienen derecho a un padre y a una madre, no a dos padres o a dos madres. Los más prestigiosos especialistas lo determinan, pero no hace falta ser especialista, el sentido común así lo dice".
"el ambiente homosexual perjudica a los menores y aumenta el riesgo de que éstos también lo sean".
"es imposible que dos progenitores homosexuales den una formación integral".

María, perdona por robarte tanto tiempo...

Un saludo

David

Anónimo dijo...

Haría un copiar-pegar de lo que has escrito, y lo firmaría debajo. No puedo estar más de acuerdo.

Y perdoname tú, por robarte tiempo del trabajo. Un saludo.

anilibis dijo...

La portada esta de la discordia tiene mal gusto, pero peor gusto tiene el Sr. del Olmo.

Kandela dijo...

En este caso sólo me sale ser breve: ¡Viva la República!

Frase de hoy

"Las palabras que prefiere el hombre corriente son las que permiten hablar sin tener que pensar". Dashiell Hammett.