Una isla en el zapato
A George W. la autoestima y la popularidad se le andan sedimentando por alguna parte, debe ser. Tras la cacería infructuosa del hombre de Riad –también conocido como Usāma bin Muhammad bin `Awad bin Lādin-, la invasión del territorio más enemigo en ese momento, el goce orgásmico de matar algunos malos, intoxicar la política internacional, impedir la desaceleración del ritmo al que se muere este planeta, ver colgado al demonio familiar –conocido éste como Saddām Husayn Abd al-Maŷīd al-Takrītī -, y un gran número de etcéteras demenciales, ha debido sentir que aún camina como molesto. Un caminar molesto para un europeo, por ejemplo, es bastante llevadero; pero para George W...
Seamos serios, esa no es manera de sentir el orgullo de ser la cabeza del Imperio. Ser cabeza de Imperio de verdad – a lo George W.-, de testa elevada y mirada bovina, implica un caminar sereno, amortiguado, insensible a aquello que los propios pies pisan. Pero George W., pobre, a pesar de sus intentos por disimular la punzada en al andar, pisa “caca de toro” –traducción libre-, y sin saber aún por qué pero se reconoce a sí mismo que aquello no es todo lo placentero que él espera. El diagnóstico: una isla en el zapato. De modo que ahí están todos en la casita de chocolate blanco buscando remedios caseros –léanse los periódicos- contra este mal de George W. Y es que estas islas de cinco puntas no atienden a razones, o eso parece.
8 comentarios:
Como dicen el los foros, te "quoto" y firmo...;)
Un placer encontrar estos puntos de acuerdo, Marsu.
;)
Seguro que hay muchos más de los que piensas....
Seguimos promoviendo golpes de Estado en IberoAmérica pero esta vez a cartas descubiertas...
Estilo Texas Hold-em...
Regreso del exilio (no forzado, no excusable, pero necesario) y me encuentro la mejor versión de Peter The Red.
Bullshit o assholes (no haré traducciones), hay en todas partes, es como una cuota que el genoma humano debe tener anotada en algún eslabón de la cadena. Lo malo es que no quede relegada a lo cotidiano, a ese vecino insufrible que a todos nos toca alguna vez en la escalera, en fin, que no hiciera mucho ruido... Lo malo es que dirija o pretenda dirigir el mundo (con minúscula, otro día hablamos de la prensa y demás secuaces).
Un abrazo, David.
Marsu, no me cabe duda de que los tenemos.
Kus,
Esa es una gran diferencia con respecto al pasado: ya no hay ni por qué ocultar las canalladas. La opinión pública se ha vuelto tolerante, acomodaticia e insensible. En la sociedad del espectáculo, cualquier barbaridad pública se ve más como un juego de artificios que como la realidad tangible.
Sergi,
Esa necesidad de exilio ha tenido tintes de pandemia... Quien más quien menos, todos habíamos llegado al verano con las fuerzas y las ganas justas. Para que te hagas una idea, yo a esta fase recién concluida, creo, la he llamado "a tomar por culo el super-yo" (con perdón). Es un placer encontrarte de nuevo en activo y un escaloncito más arriba en esta escalera de la búsqueda de la “verdad” que encontramos en la vida y en la literatura.
Un fuerte abrazo
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