miércoles, octubre 17, 2007

Nada tiene que ver con el Che Guevara

Desde un estado febril, de zozobra griposa, y acurrucado entre mantas, he asistido como lector a una de las polémicas surgidas en torno al aniversario de la muerte de Ernesto Guevara, El Che. Para quien no haya estado al tanto de ésta en particular, decir que todo comienza con El País, concretamente con su nota editorial del día 10 de octubre. Este periódico, que un día fue referente del progresismo en estos lares –para unos más que para otros, eso sí, pero referente al fin y al cabo-, hoy se ha convertido ya descaradamente en una herramienta más al servicio de los intereses mercantilistas de PRISA. Claro que sobre este empeño actual de El País por amurar su proa a estribor, que es de donde sopla el viento, algunos pueden argumentar que es normal, que la información es hoy un producto más, que así de duro es este mar en el que hay que abrirse paso, etc., etc. Sólo que hay quienes pensamos que la responsabilidad en la información es algo más que eso, que merece un punto y aparte.
Pero volvamos al tema central.
Ese pasado día 10, El País arremetió contra la figura del Che. Y lo hizo sin ningún pudor, con un despliegue de lugares comunes, con la arrogancia de quien o desconoce los personajes, las ideas y la historia misma, o lo manipula todo a su antojo; con la estupidez de alguien que se envilece al esgrimir argumentos propios de chascarrillo de bodega. Vergonzoso, en definitiva, muy poco serio, nada propio de un diario que se presuponga de cierto nivel “ético-informativo”, si me dan por válido el palabro. ¿Se pueden imaginar a que me refiero? A cosas como afirmar la pertenencia del Che a una “saga de héroes trágicos, presente aún en los movimientos terroristas de diverso cuño, desde los nacionalistas a los yihadistas, que pretende disimular la condición del asesino bajo la del mártir”, o que “Sus proyectos y sus consignas no han dejado más que un reguero de fracaso y de muerte”. Como es lógico, muchas voces se han levantado para denunciar estos infundios, la manipulación de una información entremezclada de una forma del todo incorrecta, las asociaciones inexistentes y, en general, una falta de rigor forzada al extremo, con el fin de transmitir la intención de este periódico de navegar a barlovento.
No es intocable el Che, ni mucho menos. No es el personaje comercial que aparece, a lo Jim Morrison, en camisetas y gorras. No es el más lúcido pensador del siglo XX, ni tampoco el asesino adicto a la pólvora. Muchas facetas suyas son cuestionables, todo en torno a él se puede –debe- analizar desde distintos enfoques, todo. Lo que no parece resultar aceptable es el insulto a la inteligencia del lector con cuentos de hadas y fábulas admonitorias sobre el hombre del saco, que vuelve una y otra vez a asustar a los niños buenos. Y no han sido voces precisamente “guevaristas” las que han querido ser escuchas a raíz de esa nota editorial de El País, sino las de tantos otros –los más- quienes, independientemente de su opinión acerca de la figura de este guerrillero, no han querido consentir que se hagan malabares torticeros con la historia para aniquilar la diversidad del pensamiento; pues en definitiva, todo este juego retórico de El País poco o nada tiene que ver con el Che Guevara.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que te mejores.

y qué más da... dijo...

Gracias, Marsu, espero que te refieras a mi estado de salud...
;)

y qué más da... dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Jajajajajaja...¡evidentemente!

Que yo pueda apreciar....no necesitas mejorar nada más que tu salud ;)

Luis Méndez Asensio dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Todo es debatible, desde la inteligencia y la documentación. La deriva de ese periódico es obvia desde hace algunos años. Le mueven más la guerra del fubtol en España y los intereses mediáticos y editoriales en otras latitudes, que el rigor informativo. Por cierto, no sólo mostraron su desacuerdo con el editorial varios colaboradores insignes del diario; también la redacción de El País publicó un texto de protesta. Interesantes también las luchas internas...

y qué más da... dijo...

Desde luego, Luis, que semejante acto de rechazo a la línea editorial honra a la redacción. Esperemos que no se harten de arar en el océano.

Frase de hoy

"Las palabras que prefiere el hombre corriente son las que permiten hablar sin tener que pensar". Dashiell Hammett.