¿Un paso hacia las huelgas en toda Europa?
En la madrugada de ayer, los ministros de Trabajo de la UE aprobaron, por mayoría cualificada, el texto que da luz verde a la ampliación de la jornada de trabajo hasta un máximo de 65 horas semanales. La Comisión Europea lo ha considerado “un paso adelante para los trabajadores” y un refuerzo del papel del diálogo social. Esto, no sólo parece una tomadura de pelo, sino que lo es, y en toda regla.
En caso de que el Parlamento Europeo dé el visto bueno a este acuerdo (que lo dará), cada Estado miembro podrá elevar el máximo vigente, desde las 48 horas actuales hasta las 60, para casos generales, y 65 para casos “especiales”, como son los trabajadores de la sanidad. Con esta directiva algunos Estados miembro buscan la vía para legalizar una situación ya existente en sus territorios, en los que ciertos colectivos trabajan por encime del límite semanal. De esta manera, con lo que será la nueva directiva (esto ya no es posible que se pare a nivel de la Unión Europea), dicho límite “oficial” seguirá siendo el de las 48 horas reconocidas hace 91 años por la OIT, mientras que, de forma individual, cada trabajador podrá pactar con el empresario, con el techo de 60 ó 65 horas, según el caso. Creo que no hay que explicar mucho sobre la aberración contra el derecho social que supone permitir que el trabajador negocie a solas con el empresario, renunciando a los logros conseguidos en materia legal gracias a la lucha colectiva de los trabajadores ¿Desde cuando el trabajador, en solitario, puede comparar su fuerza negociadora con la de un empresario? No es sólo un hecho alarmante, es un acuerdo que abre las puertas a otros posibles retrocesos en este campo. El trabajador ha sido siempre el tronco que alimentaba las calderas de la economía. Ante la escasez de troncos, ahora se nos pide que ardamos de una forma mucho más eficiente y duradera...
¿Esto es un avance? ¿Un paso adelante? En todo caso, y con suerte, un paso en el camino hacia el despertar de la conciencia de clase entre las masas adormecidas.
Por el momento, el gobierno español se ha opuesto a esta directiva; pero es sólo cuestión de tiempo verlo ceder ante las presiones de los empresarios.
En caso de que el Parlamento Europeo dé el visto bueno a este acuerdo (que lo dará), cada Estado miembro podrá elevar el máximo vigente, desde las 48 horas actuales hasta las 60, para casos generales, y 65 para casos “especiales”, como son los trabajadores de la sanidad. Con esta directiva algunos Estados miembro buscan la vía para legalizar una situación ya existente en sus territorios, en los que ciertos colectivos trabajan por encime del límite semanal. De esta manera, con lo que será la nueva directiva (esto ya no es posible que se pare a nivel de la Unión Europea), dicho límite “oficial” seguirá siendo el de las 48 horas reconocidas hace 91 años por la OIT, mientras que, de forma individual, cada trabajador podrá pactar con el empresario, con el techo de 60 ó 65 horas, según el caso. Creo que no hay que explicar mucho sobre la aberración contra el derecho social que supone permitir que el trabajador negocie a solas con el empresario, renunciando a los logros conseguidos en materia legal gracias a la lucha colectiva de los trabajadores ¿Desde cuando el trabajador, en solitario, puede comparar su fuerza negociadora con la de un empresario? No es sólo un hecho alarmante, es un acuerdo que abre las puertas a otros posibles retrocesos en este campo. El trabajador ha sido siempre el tronco que alimentaba las calderas de la economía. Ante la escasez de troncos, ahora se nos pide que ardamos de una forma mucho más eficiente y duradera...
¿Esto es un avance? ¿Un paso adelante? En todo caso, y con suerte, un paso en el camino hacia el despertar de la conciencia de clase entre las masas adormecidas.
Por el momento, el gobierno español se ha opuesto a esta directiva; pero es sólo cuestión de tiempo verlo ceder ante las presiones de los empresarios.
¿Para cuando las huelgas?
4 comentarios:
Qué animales eran los que andaban hacía atrás?
Pues eso.
La indignación que uno siente ante esto y otras cosas parecidas que últimamente se están dando sólo es equiparable a la que me produce el inmovilismo con que se acojen. Los sindicatos, ¿qué eran exactamente?
Ay, me temo que nadie está mucho por esa labor. Las mentalidades han sido modificadas tan eficazmente que ni siquiera una aberración de tal calibre moviliza a casi nadie. Veo a mi alrededor a un montón de gente que se "autoimpone" una jornada laboral mayor de la que les corresponde. El trabajo, la "progresión" en el trabajo y su absurdo frenesí cotizan al alza. Quines no entran en ese juego, son raros. Y como dice El Viajero Solitario, ¿qué eran exactamente, los sindicatos? ¿Y los gobiernos de izquierda?
Raúl: cuando lo aberrante se convierte en el principio común, cualquier movimiento del poder se interpreta ya como una paso adelante.
Viajero Solitario: la esclerosis ya afecta a todo tipo de organzación, social o de capital, por lo que se ve desde hace tiempo. Los sindicatos se acomodan igual que los individuos se acomodan. De acuerdo con los valores comunes de la sociedad, las nociones de justicia, solidaridad, igualdad, etc. sólo se entienden con respecto a uno mismo: viva el individualismo...
On the road: leo lo que dices y siento verdadera angustia, por lo de ser "raro". Qué difícil es asumir que se es raro/a entre tanta gente "normal". Estoy de acuerdo contigo en que la gente no está por la labor de las movilizaciones, aún no; pero porque no existe la idea de interés común. Así surgen los primeros movimientos sociales, por un interés, una necesidad común. Aún a riesgo de ser apocalíptico ¿cuántas vueltas de tuerca le queda al sistema capitalista antes de que se pase de rosca?
Nada, no me hagas caso, a veces no me resigno a creer que estamos rodeados de memos. COmo especie somos una vergüenza.
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